domingo, 19 de noviembre de 2023

LOS SÍMBOLOS SECRETOS QUE LES OCULTAN A LOS MASONES SIN FORTUNA.


 A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo


En el Oriente de Argentina, Valle de Tres de Febrero, a los 19 días del mes de noviembre del año 6023 de la V.·. L. ·..

 


LOS SÍMBOLOS SECRETOS QUE LES OCULTAN A 

                        LOS MASONES SIN FORTUNA                              

                                                                                   Por Alejandro Óscar De Salvo                                                                                                

 

TEMARIO.

I) LA EXISTENCIA DE SÍMBOLOS OCULTOS.

II) LA FINALIDAD DE LOS SÍMBOLOS OCULTOS.

III) LA ESCENCIA SIMBÓLICA DE LA MASONERÍA AZUL.

IV) LOS SÍMBOLOS SECRETOS DEVELADOS.

V) LAS CLAVES PARA ACCEDER, ENTENDER Y USAR EL PROGRAMA DE CAPACITACIÓN ENCRIPTADO.

VI) EL VENERABLE MAESTRO Y EL HERMANO CAPELLÁN.

VII) PARTICULARIDADES DEL VENERABLE MAESTRO.

VIII) EL INSUSTITUIBLE VALOR SÍMBOLICO DE TODOS Y CADA UNO DE LOS CARGOS Y OFICIALES DE UNA LOGIA.

IX) LA ALCAHUETERÍA Y LOS ALCAHUETES.

X) EL ARTE REAL Y EL ARTE SACERDOTAL.

XI) LOS PROGRESOS ESCALONADOS ESPERABLES.

XII) COROLARIO.

 

I) LA EXISTENCIA DE SÍMBOLOS OCULTOS.

Es posible que a algunos Hermanos, luego de leer el título de este trabajo, les hayan surgido dudas: ¿Será cierto que hay símbolos que se les restringen a los integrantes del pueblo masónico? Si fuera así, ¿Por qué se les niegan a los que no pertenecen a la élite con mandil? y ¿Cómo cubren los símbolos secretos de las miradas del vulgo?

Con la finalidad de no generar expectativas falsas o especulaciones injustificadas comenzarán por despejar esos interrogantes, según mi saber y entender.

A la primera pregunta respondo, sin margen de duda, que en la masonería simbólica existe simbología oculta y que dichos símbolos secretos quedarán develados en el transcurso del presente grabado.

La segunda pregunta sólo la contestaré parcialmente, tratando de evitar temas ríspidos con connotaciones económicas que excederían el objeto de este trabajo.

Más allá de las múltiples razones que podrían mediar para que potentes símbolos de la masonería se mantengan en secreto, lo cierto es que el poder masónico  real determinado que el vulgo iniciado no está en condiciones de recibir la luz resultante de la simbología vedada.

Por mi parte, coinciden en que la mayoría de los masones, (incluyendo a muchos que han alcanzado la maestría, poseen grados complementarios, filosóficos y/o colaterales y/o integran los gobiernos de las Estructuras Masónicas), no están preparados para capitalizar las Posibilidades que brindan los símbolos secretos de la masonería azul.

Sin embargo, considere que esa realidad no justifica que el conocimiento más valioso que custodia la masonería se les niegue a sus miembros sin riquezas, a sabiendas que una parte minoritaria de ellos sí está capacitada para usufructuarlo, custodiarlo y transmitirlo a las generaciones futuras.

Por lo expuesto, en este caso, soy de la idea de que es preferible sembrar al voleo tan trascendente información y dejar que Dios elija las semillas que caerán en tierra fértil y darán sus frutos. Las demás, simplemente, se malograrán.

En cuanto al tercer y último interrogante planteado en el comienzo, sobre cómo se ocultan los símbolos secretos en cuestión, responde que los mismos se encuentran velados por las estructuras operativas de las logias.

 

II) LA FINALIDAD DE LOS SÍMBOLOS OCULTOS.

Los Cargos y Oficiales de las Logias (en su calidad de símbolos velados) tienen por finalidad encriptar un plano diseñado por santos y sabios masones para indicar a sus Hermanos el camino de regreso a la Casa del Padre.

Cada uno de esos símbolos cubiertos permite reconstruir una parte del audio mapa y cuando se logran integrar todos los tramos aparece el diseño del recorrido completo.

La mención de un mapa que indica el camino a un destino sobrenatural es una metáfora que tiene por finalidad aludir con elocuencia a la existencia de un poderoso programa de desarrollo humano pensado y elaborado para que los mejores masones logren divinizar sus personas.

Cada tramo del mapa ofrece un área temática particular que integra el excelso Programa de Crecimiento Personal que nos ocupa. Y, desde ya anticipo, que cada masón es el único responsable de elegir y materializar los recursos que juzgue pertinentes para cumplir con el aprovechamiento dicho Programa de Capacitación.

Con relación a Divinizar el Ser, objetivo central del trabajo masónico de naturaleza espiritual, vale aclarar que otras tradiciones procuran lo mismo bajo diferentes nombres, cuentos como: Santificar, Theosis o Alcanzar la Perfección Humana. En este escrito utilizo como sinónimos los vocablos Divinizar, Santificar y Perfección Humana. 

Abordadas que fueron las cuestiones preliminares sobre la existencia de los símbolos secretos y la finalidad de los mismos, paso a desarrollar el contenido que permitirá descifrar el programa completo de auto-construcción, que la masonería grabó y legó de manera encriptada para que sus miembros más. . . . . . evolucionados procuren la Divinización del Ser.

 

III) LA ESCENCIA SIMBÓLICA DE LA MASONERÍA AZUL.

Como bien sabemos los masones, una de las características esenciales que distinguen a la masonería azul en materia de promoción humana es que utiliza símbolos como vehículos para transmitir conocimientos y guiar a sus miembros en el labrado de sus piedras brutas. Es decir, para orientarlos en sus procesos de mejora personal.

Tratándose la masonería de un sistema pedagógico gradual (en la gradualidad coincide con la educación formal) los símbolos que emplea en sus procesos instructivos los pone a consideración de los iniciados de manera escalonada, grado por grado.

En consecuencia, al masón se le indican símbolos determinados con los que habrá de trabajar en los grados de Aprendiz, de Compañero y de Maestro.

Dichos símbolos figuran en las respectivas tablas de dibujo, en los distintos rituales y en los diferentes acondicionamientos que se da a los templos masónicos de acuerdo con el grado de las cámaras que en ellos vayan a sesionar.

Sin embargo, en los símbolos de grado no se agotan las enseñanzas que integran el patrimonio de las logias de San Juan.

 

IV) LOS SÍMBOLOS SECRETOS DEVELADOS.

Como anticipé al comienzo, los símbolos secretos de la Masonería Azul son los Cargos de las Logias y los Oficiales que los cubren.

El carácter simbólico de Cargos y Oficiales queda invisibilizado por el rol ejecutivo que estos cumplen como responsables de las tareas operativas de los talleres.

Esa eficaz cubierta hace que los símbolos que nos ocupan estén ante todos los Hermanos sin despertar curiosidades. Conviven con los asistentes a las Tenidas de todos los grados y, sin embargo, resultan completamente indiferentes.

Las funciones ejecutivas de Cargos y Oficiales adquieren tal relevancia en la vida de las logias que llevan a creer que agotan en sí mismas la naturaleza y la razón de ser de los puestos y de la oficialidad.

Incluso, un gran número de albañiles habrán escuchado muchas veces que el paso por los distintos cargos de los talleres prepara para cumplir la función de Venerable. Y esa afirmación es cierta, pero su veracidad no hace que deje de ser información parcial y reticente.

La mayoría de los Hermanos, lamentablemente, no logran anunciar que tras los Cargos y los Oficiales de las Logias se esconde un asunto que va mucho más allá de las tareas operativas o la capacitación para ejercer la función Venerable Maestro.

En rigor de verdad, los cargos de las logias y los oficiales que los ocupan, tienen un triple rol. Por un lado dan vida a la operatividad de las logias, por otro capacitan para el cargo de Venerable Maestro y, por otro, revisten la condición de símbolos masónicos repletos de valiosa información para el crecimiento personal de los obreros.

Los cargos y los oficiales de los talleres, en su rol de símbolos, ofrecen de manera encriptada un extraordinario programa de desarrollo personal que sólo los Hermanos más evolucionados lograrán capitalizar tras un arduo y extenso trabajo.

 

V) LAS CLAVES PARA ACCEDER, ENTENDER Y USAR EL PROGRAMA DE CAPACITACIÓN ENCRIPTADO.

A) El acceso al programa cifrado de capacitación masónica.

Los símbolos velados que nos ocupan encubren un poderoso método para la auto-construcción de hombres divinizados y cada una de sus partes se hace visible cuando:

1°) Se identifican los requerimientos de cada uno de los puestos que tienen las logias. (Se describen los propósitos, las tareas y las responsabilidades específicas asignadas a cada una de las áreas operativas)

2°) Se determina las competencias (Personales, teóricas y prácticas) que deben tener los oficiales para cumplir con solvencia los requerimientos previamente fijados. (Educación, conocimientos, experiencia, personalidad, ideología, etc. que exige cada cargo).

En particular les propongo que, atendiendo las previsiones que haré en el Apartado B) siguiente, describen los requerimientos y las competencias que exigen respectivamente los siguientes cargos y oficiales:

ECONOMATO (Director de Banquetes, Cocinero y Ayudantes del Servicio), GUARDIA (Guarda Templo Interno y Guarda Templo externo), DIACONADO (Primer y Segundo Diáconos), DIRECCIÓN DE CEREMONIAL (Director o Maestro de Ceremonias), EXPERTURÍA (Experto), TESORO ( Tesorero), HOSPITAL (Hospitalario), SECRETARÍA (Secretario), VENERATURA PASADA (Venerable Maestro Saliente), FISCALÍA (Fiscal u Orador), CAPELLANÍA (Capellán), VIGILANCIAS (Primer y Segundo Vigilantes), VENERATURA (Venerable Maestro).

A lo cual hay que agregar el área de inteligencia y los oficiales que la integran, que conforman una clase de carga y un tipo de oficialidad que operan a cubierto. Me refiero a la ALCAHUETERÍA ya los Alcahuetes, asuntos que abordo específicamente en el punto IX) siguiente.  

Concluido que esté el trabajo previamente indicado tendrán ante sí las distintas unidades del programa de capacitación aludido y podrán disponer de la planificación completa propuesta por la masonería para que sus miembros alcancen la cumbre del desarrollo humano.

En otras palabras, tendrán ante sí el camino de regreso a la Casa de Dios. (El que sólo tendrán chances de recorrer con éxito aquellos masones que quieran, puedan, sepan y osen aceptar el desafío).

B) Las particularidades del trabajo a realizar.

Llegado hasta aquí, me apresuro a anunciar que la propuesta laboral en el apartado precedente no es la clásica descripción de cargos y determinación de competencias que hacen los empleados de recursos humanos en las organizaciones profanas.

Esa tarea, inserta en el ámbito masónico, adquiere otra significación y se enriquece notablemente. Es de otra dimensión y naturaleza. Exige valorar cargos y oficiales desde perspectivas que integran las necesidades actuales con una mirada histórica y una proyección hacia el futuro previsible. Incluso exige utilizar ponderaciones que abarquen tanto situaciones concretas como abstractas. Hay que trabajar sobre el ser y el deber ser. Sobre lo real y lo imaginario. Sobre lo profano y lo sagrado. Sobre lo ordinario y lo extraordinario.

C) Capacitación para el mundo masónico y para el mundo profano.

La masonería ofrece a sus iniciados un plan de crecimiento personal integral que les permitirá procurar la excelencia tanto en la lógica como en el siglo.

Ese objetivo amplio hace que las descripciones de las exigencias que presentan los cargos de las logias y las habilidades que demandan a los oficiales se deben enfocar tanto a los requerimientos de las logias como a los desafíos que plantea la vida en el mundo.

De manera que ese loable objetivo hace que los cargos y los oficiales de las logias, en su calidad de símbolos, se enriquecen notablemente.

A continuación incorporaré dos ejemplos que servirán para ilustrar esa apreciación.

Ejemplo 1: Un guardia del siglo XVIII debía poseer capacidades que resultan innecesarias para ejercer el cargo en una lógica de nuestro tiempo. Sin embargo, las competencias de un antiguo guarda templo, adaptadas a las sensibilidades, las problemáticas y los recursos actuales, siguen siendo muy útiles para la vida profana de hoy y es decisión personal determinar si se desea desarrollarlas.

Ejemplo 2: El cargo de Maestro de Ceremonias tiene por finalidad que los rituales se cumplan con precisión y belleza. Y el símbolo de Maestro de Ceremonias enseña a los masones que deben elevar su nivel cultural y desenvolverse de acuerdo con las costumbres del lugar en los que se encuentren y los protocolos que sean aplicables a cada situación concreta. La condición de masón obliga a conducirse con educación, empatía y buen gusto en todos los roles que se desempeñen, sea en el ámbito masónico o profano.

En síntesis: Tanto los cargos/símbolos como los oficiales/símbolos son las brújulas que nos guían a la sabiduría ya la santidad.

D) El resultado lo determina Dios.

La única forma de peregrinar con éxito el camino de la Divinización del Ser es poner a Dios en el centro de la escena, entronizarlo como conductor de la travesía. Nadie puede lograr la perfección humana mediante sus medios exclusivamente.

El trabajo individual y colectivo, la voluntad empeñada, las obras realizadas, los atributos y méritos personales son muy importantes en los procesos de crecimiento personal, pero, son insuficientes para santificarnos.

Si se quiere ir más allá de una superación moral e intelectual. Y se pretende restaurar la naturaleza humana dañada y alcanzar la divinización del ser, es imprescindible pedir y recibir el favor del Gran Arquitecto.  

La cúspide del desarrollo humano únicamente es accesible para quienes cuenten con la Gracia de Dios.

E) Los Objetivos claros y siempre presentes.

Ayuda -y mucho- a llevar adelante nuestro trabajo de auto-construcción el hecho de tener presente en todo momento que labramos la piedra en bruto para ser santos en la tierra y gozar de una inmortalidad gloriosa en el Oriente Eterno o Celestial.

Asimismo, es de suma utilidad ser conscientes de que la búsqueda de la verdad, la sabiduría y la santidad deben ser la piedra basal en la confección de nuestros proyectos de vida y en nuestros comportamientos cotidianos en el mundo profano.  

F) La fuerte dinámica de los procesos de crecimiento personal.

El camino hacia la perfección humana es extenso y difícil. El mapa masónico nos marca el rumbo hacia donde debemos dirigirnos y nos advierte que la marcha es dinámica. Por lo tanto, los avances obtenidos nunca quedan asegurados ya cada movimiento se corre el riesgo de volver atrás. El recorrido está lleno de cambiantes complejidades, de aciertos y errores y de avances y retrocesos. Obliga a corregir la deriva una y otra vez.

En ese escenario plagado de dificultades sugiero no esperar a ser designado oficial (titular o adjunto) en un cargo de la logia para intentar conocer sus requerimientos y desentrañar sus mensajes simbólicos. Y adquirir las capacidades necesarias para atender a unos y otros.

Por lo tanto, recomiendo por igual a Aprendices, Compañeros y Maestros que se dediquen a descifrar el plano encriptado, que accedan al fabuloso programa de crecimiento personal encubierto y que se aboquen a ponerlo en práctica iniciando la auto-construcción de sus personas con miras en la santidad.

G) Posibilidad de trabajar de manera individual, grupal o asociada.

 Todos sabemos que el labrado de la piedra bruta es un trabajo personal e indelegable que nadie puede hacer por nosotros.

Sin embargo, aquí nos encontramos en una faceta previa, pues el trabajo propuesto consiste en descifrar el programa de capacitación que nos ha dejado encriptado la masonería, para luego utilizarlo como guía en nuestro proceso de crecimiento personal. Esto significa que este trabajo preliminar se puede hacer de manera individual, grupal o asociada.

 

VI) EL VENERABLE MAESTRO Y EL HERMANO CAPELLÁN.

El Venerable Maestro y el Hermano Capellán son los dos símbolos que ilustran a grandes trazos el modo en que la masonería organiza el conocimiento que trasmite a sus miembros.

El Venerable representa el Arte Real y el Capellán el Arte Sacerdotal, artes que marcan la división que hace la masonería entre los saberes racionales y los espirituales.

El Venerable Maestro simboliza el poder temporal y la sabiduría necesaria para administrarlo con prudencia y justicia, mientras que el Capellán evoca el poder espiritual y la experticia requerida para actuar de conformidad con el plan de Dios y un obrar inspirado.

Ambos símbolos representan a dos personas aventajadas en el camino de regreso a la Casa del Padre. El Venerable ha conseguido sus avances trabajando mayoritariamente en el siglo y el Capellán lo ha hecho trabajando principalmente recluido en un claustro. Pero ambos han debido abandonar sus zonas de confort y trabajar en aquellos lugares que les resultan extraños. 

Los cargos/símbolos de Venerable Maestro y Hermano Capellán nos hace saber que debemos poner especial interés en atender las tres dimensiones de nuestro ser: El Cuerpo, el Alma y el Espíritu (y la conciencia que forma parte de este último).

El simbolismo del Hermano Capellán nos indica que la masonería fue organizada en torno a la religión cristiana, según se desprende de su figura y de los símbolos de grado, los rituales, los muebles, los mojones y los usos y costumbres, entre otros elementos que sustentan la posición expresada. Y dado que la masonería nació como un espacio de reunión, confluencia, armonía y fraternidad abrió sus puertas a los creyentes de todas las religiones abrahámicas o monoteísta. (Judaísmo, Cristianismo, Islamismo).

El Hermano Capellán, como símbolo y en el marco de la masonería tradicional, pone un freno a las diferencias esenciales de pensamiento en el seno de sus logias, rechazando el ingreso de personas que adherían a creencias tales como: Hinduismo, confucianismo, taoísmo, budismo. . . . , africanismo, panteísmo, deísmo, agnosticismo y ateísmo. Evita de esta forma proteger los Egrégores, la armonía grupal y la coherencia en el trabajo inicial.

Los sucintos comentarios realizados en este punto, tal vez ayuden a quienes se deciden a estudiar los simbolismos de las Veneraturas y de las Capellanías ya describir sus requerimientos. Y, asimismo, a quienes se dispongan a individualizar las capacidades figuradas que necesitan los Venerables Maestros y los Hermanos Capellanes para cumplir sus responsabilidades en las vidas masónicas y profanas.

Y al realizar la tarea tengan en cuenta que no es casualidad que para cumplir la función de Hermano Capellán u Orador, siempre que sea posible, se elige a un ex Venerable. 

 

VII) PARTICULARIDADES DEL VENERABLE MAESTRO.

El Venerable Maestro no es el primero entre iguales como tantas veces habrán escuchado decir a los Hermanos que presiden las logias.

Los Venerables Maestros son una élite de Maestros que han logrado concluir la carrera masónica en el simbolismo.

La Veneratura, no sólo es un cargo dentro de la logia (obviamente el más importante) y un símbolo, tal como se explicó previamente, sino que además es un grado oculto, un grado sin número que es el último del simbolismo. Y no tiene número, precisamente, porque es un grado secreto.

La persona del Venerable Maestro es inviolable.

Cuando ingresa al templo un Venerable o un Ex Venerable, con la tenida abierta, todos los obreros se deben poner de pie.

Al Venerable se le entregan las herramientas propias de este grado, se le dan enseñanzas particulares, en la ceremonia de instalación se le confiere un nuevo y superior estado inicial, se le dan las palabras, signos y toques del grado de Venerable y se le conceden.  las facultades iniciaticas y reglamentarias para consagrar nuevos masones, aumentarles el salario y exaltarlos.

Y, tal vez, lo más importante sea la Gracia de Estado que asiste a los Venerables Maestros y los ex Venerables en sus decisiones y acciones, al menos cuando son movidos por la intención de hacer el bien y cumplir sus obligaciones. 

Los Venerables y ex Venerables integran el Colegio de Venerables y las Órdenes Simbólicas les dispensan una consideración diferente de la que le suministran a los demás maestros. 

De todas esas prerrogativas se ven privadas los Hermanos que alcanzan el “sublime” grado de Maestro Masón sin llegar a ser instalados en el Trono de Salomón.

Tener presentes esas particularidades sobre el Venerable Maestro también ayudará, y mucho, a describir simbólicamente los requerimientos de las Veneraturas y las capacidades exigibles a los Venerables.

 

VIII) EL INSUSTITUIBLE VALOR SÍMBOLICO DE TODOS Y CADA UNO DE LOS CARGOS Y OFICIALES DE UNA LOGIA.

Todos los cargos y oficiales de las logias tienen un valor simbólico fundamental e insustituible a la hora de reconstruir el programa de capacitación encriptado.

Si todos los cargos y los oficiales no se abordan con una mirada simbólica y de manera cuidadosa el plano quedará trunco ​​en alguna parte del recorrido y nosotros extraviados en el camino.

Un ejemplo bastará para acreditar esa afirmación:

Cumplir la tarea del hospitalario nos lleva a: Visitar Hermanos enfermos, gestionar y entregar algo a Hermanos necesitados, saludar a otros que cumplan años, coordinar la intervención de la logia o de sus miembros en el sepelio de los Hermanos que parten al Oriente Eterno, etc. Actividades que impactan en nuestro proceso de mejora personal.

Ahora bien, si no estudiamos la figura del Hospital y del Hospitalario desde el plano simbólico ¿Qué pasaría? ¿Sería posible alcanzar la sabiduría y/o la santidad sin abordar las necesidades del ser humano, las enfermedades y la muerte desde un punto de vista filosófico, psicológico, económico, político y espiritual?

La respuesta es no, decididamente no.

De similar forma, todos los cargos y oficiales tienen una riqueza simbólica decisiva como guía de nuestra formación masónica.

Aprovecho este punto para hacer una aclaración que estimo de utilidad con relación a los cargos de Capellán y Orador.

El Capellán de las logias, originalmente, era un religioso. Con el correr del tiempo esa función quedó en manos de masones. Algunos ritos de naturaleza espiritual conservan la denominación de Capellán y otros la han reemplazado por la de Orador.

Las tareas y las responsabilidades asignadas a uno y otro cargo presentan diferencias de cierta importancia, que se amplían según se trata de Órdenes Tradicionales o Liberales, (e incluso esas diferencias existen aun cuando los cargos que se comparan usan la misma denominación). Cómo fuera, sugiero que traten los dos cargos por separado, aun cuando se superpongan muchas de sus competencias, porque les será más fácil desentrañar el simbolismo representado.

Por último, también me valdré de este punto para hacer mención a una categoría simbólica que no se puede incluir como un cargo de la logia ni como su oficialidad, pero que sin lugar a dudas es una parte importante de la reconstrucción del programa de capacitación que nos ocupa.

Me refiero a los victimarios y las víctimas de las logias. Vale decir, los Hermanos que perjudican injustamente a otros Hermanos de su taller y los Hermanos que son inmerecidamente dañados en el seno de sus logias. Es innegable que la arbitrariedad y la malicia han causado daños en muchos talleres. Estudiar víctimas y victimarios desde una mirada real y una percepción simbólica también cobra un papel relevante a la hora de descifrar nuestro camino de regreso a la Casa del Padre. 

 

IX) LA ALCAHUETERÍA Y LOS ALCAHUETES.

El mapa cifrado tiene un resguardo adicional. Un tramo del plano ha sido velado por un tipo de carga y una clase de oficialidad que son de naturaleza secreta, es decir que no figuran en la estructura formal de las logias y están a cubierto de la mayoría de sus integrantes.

Estos cargos y oficiales velados se ocupan de las operaciones de inteligencia puertas adentro de los talleres.

Lo dicho no debería llamar la atención porque las tareas de inteligencia no son una exclusividad de los gobiernos ni de las fuerzas policiales y/o militares.

Las estructuras empresariales, las organizaciones civiles, las congregaciones religiosas y las órdenes iniciativas, entre otras, también se valen de redes de inteligencia como instrumentos para ejercer el poder.

La masonería no es la excepción y las Órdenes suelen tener sus servicios de inteligencia. Incluso, encontraremos personajes con poder dentro de las logias que se valen de alcahuetes para nutrirse de todo tipo de información.

Es decir que muchas veces sufrimos en los talleres una convivencia indeseada con Buches que se encargan de recabar datos sobre sus Hermanos y reportarlos a sus superiores. Algunos podrán sostener que estos actúen en bien general de las Órdenes o de los talleres en particular. Yo los considero viles ortibas, participantes de un poder informal, ilegítimo y habitualmente destinado a acciones inmorales que dañan profundamente a las logias.

Y al interpretar lo expuesto precedentemente corresponde diferenciar las denuncias de delitos o infracciones masónicas de las despreciables alcahueterías que, por lo general, procuran inmiscuirse en la vida privada de los Hermanos.

Las alcahueterías muy rara vez terminan en denuncias, procesos masónicos y sanciones. Casi siempre se quedan en batidas basadas en subjetividades e inquinas personales. Y, por supuesto, suelen ser generadoras de prejuicios, injusticias y acciones arbitrarias en perjuicio de buenos Hermanos.

Estos alcahuetes, en realidad, son más que meros buscadores de información. Son verdaderos operadores todo terreno, que muchas veces son utilizados por los capitostes de las Órdenes o Logias para desprestigiar a sus Hermanos o menoscabar sus puntos de vista cuando son contrarios a los que pretenden imponer las conducciones.

Estar atentos a la posible existencia de Alcahuetes en Órdenes y Logias y conocer el modo en que accionan es necesario para poder detectarlos y cuidarnos de los “Orejas” con mandil. (Si observan con cuidado notarán que se “infiltran o trabajan” en las columnas, crean vínculos de familiaridad y generan espacios de intimidad con los Hermanos).

Al margen de lo dicho, la Alcahuetería y los Alcahuetes tienen un alto valor simbólico y cobran vital importancia a la hora de descifrar el programa de capacitación que nos ocupa.

Los buches representan los mosaicos negros del damero.

Los alcahuetes nos alertan que buenos y malos Hermanos conviven en el seno de las logias y de las Órdenes. Nos llevan a reflexionar sobre la hipocresía y la corrupción que prevalecen en el mundo profano y no son ajenas a la masonería. Nos proponemos meditar sobre las personas de dos caras y los peligros que encierran para nuestras vidas.

Estos oficiales ocultos nos marcan que los Cuerpos Masónicos no son los lugares impolutos que algunos jerarcas con mandil promocionan. (Al igual que muchos buches)

Los alcahuetes simbolizan también los tentáculos del poder real, del poder oculto que gobierna a la masonería, a los países y al mundo. Ese poder maquiavélico que domina los escenarios detrás de bambalinas.

Y deténganse, Queridos Hermanos, a reflexionar sobre este asunto: Nadie puede ser sabio sin entender, aunque sea a grandes trazos, cómo funcionan los hilos del poder.

E incluso, en temas propios del común de la gente, es posible afirmar que: Nadie puede ser competente en un cargo político, ejercer una profesión liberal de manera eficiente, o desempeñar con acierto una dirección corporativa, sin comprender cómo se mueve el poder real. . . . . . y cómo éste se sirve del poder formal y de las estructuras sociales.

Además, el hecho de que la condición de buche exija contar con un estómago muy resistente capaz de soportar tan deleznable función, nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de reforzar nuestro estómago. Y esto es necesario porque un estómago fuerte también es requisito de múltiples actividades loables. (Téngase en cuenta que cuando recurro a la metáfora de "reforzar el estómago" lo hago refiriéndome tanto al plano moral como físico y emocional)

Por todo lo expuesto, es imprescindible estudiar a la Alcahuetería como un cargo de la lógica y analizar los Alcahuetes como oficiales con un rol determinado y capacidades específicas.

Y, por último, nótese que jamás ha habido sabios ingenuos, no intentamos ser el primero. El camino de la sabiduría nos reclama dominar, como mínimo, cuestiones básicas de la inteligencia y la contra inteligencia.

 

X) EL ARTE REAL Y EL ARTE SACERDOTAL.

Comprender el sentido con que la masonería tradicional usa las expresiones Arte Real y Arte Sacerdotal resulta esencial a la hora de entender sus procesos de desarrollo humano. Por fin, a continuación, explicaré brevemente ambos conceptos. 

En los tiempos de apogeo del poder monárquico y del poder religioso, se entendía por Arte Real la educación que recibían los miembros de la realeza y por Arte Sacerdotal la educación que se les daba a quienes eran elegidos para vestir hábitos.

De ahí provienen los nombres que, aún hoy, conserva la masonería tradicional o espiritual para identificar los dos grandes grupos de saberes sobre los que construyen los procesos formativos que ofrece a sus miembros. (La masonería liberal trabaja exclusivamente en el marco del Arte Real, es decir, prescinde del Arte Sacerdotal)

Mediante la denominación “Arte Real” la masonería de nuestros días hace referencia principalmente al desarrollo de las capacidades de conducción que son esperables en un maestro masón, comenzando por el desarrollo de las aptitudes y las actitudes que le permiten auto-dirigirse de manera excelsa.

A partir de que el iniciado adquiera las competencias que le permitan conducir su propia persona con altos estándares de eficiencia moral estará en condiciones (previa incorporación de los saberes específicos) de desempeñarse como un buen jefe de familia, guiar con idoneidad el factor humano bajo su responsabilidad y liderar con efectividad las instituciones profanas y/o las estructuras masónicas que eventualmente llegue a tener a su carga.

Los pilares sobre los que se construye el Arte Real son las virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. Y las demás virtudes naturales en ellas contenidas. Sobre ellas se sostienen y cobran verdadera utilidad las capacidades específicas que demandan las distintas tareas a realizar.

Con la denominación “Arte Sacerdotal” se alude a los recursos (teóricos y prácticos) que hacen al crecimiento espiritual de las personas, vale decir que permiten alcanzar una fe madura y una profunda espiritualidad, tal como la masonería tradicional propicia entre sus miembros.

Cultivar el Arte Sacerdotal lleva a los obreros a avanzar en el incremento de las virtudes teológicas, las más importantes de la vida masónica. Eso significa crecer en: Fe, Esperanza y Caridad.

Adquirir y prosperar en las virtudes teológicas requeridas de la Gracia Divina. El Gran Arquitecto del Universo elige a sus soldados. Y los masones sabemos muy bien que nadie es hombre de fe sin la Gracia de Dios.

Por lo dicho, cultivar ambas Artes (Real y Sacerdotal) es imprescindible para avanzar en el auténtico trabajo masónico.

 

XI) LOS PROGRESOS ESCALONADOS ESPERABLES.

Durante el proceso de auto-construcción que propicia la masonería es normal que las mejoras no se vean apenas comenzando el trabajo. Transcurrido un tiempo prudencial, que varía de una a otra persona, se empiezan a notar los avances de manera desordenada, un poco en esto, otro poco en aquello, hasta que el esfuerzo continuo permite que las piezas se ordenen y aparezcan un progreso significativo.

Notaremos como que se ha concluido una etapa de nuestra mejora personal y que estamos en condiciones de avanzar a la siguiente.

Luego de una sucesión de etapas la construcción proyectada cobrará cuerpo y se verá levantada sobre el terreno. Es el estado en que el trabajo se vuelve más delicado y riesgoso. Queda por atender el final de la obra y pulir los detalles. Es el momento en que un descuido, una decisión equivocada, una mala práctica, una debilidad, o, incluso, un sabotaje, pueden hacer que la edificación se venga abajo.

Y si el derrumbe sobreviniera, no nos quedará otra opción válida que recomendar nuestra labor con renovada energía y profunda confianza en Dios.

A medida que nuestra obra avanza, los frutos que irán apareciendo (y nos servirán como indicadores de que vamos por el buen camino) son los siguientes:

 

1°) Detectar algunos rasgos desconocidos de la personalidad.

2°) Crecer en las virtudes humanas (Prudencia, Justicia, Fortaleza, Templanza y las virtudes en ellas contenidas).

3°) Evolucionar en las virtudes teológicas (Fe, Esperanza y Caridad).

4°) Superar algunos defectos.

5°) Interesarse por el prójimo, amar al prójimo y comprometerse con el progreso de la humanidad.

6°) Conducir la familia con paciencia, prudencia y diligencia. (Mejorar nuestro desempeño como padre, esposo e hijo y, en general, actuar como un buen familiar y un buen amigo).

7°) Glorificar el trabajo masónico. (Lo que lleva a ser un buen masón y un buen hermano).

8°) Glorificar el trabajo humano, (Lo que motiva para ejercer dignamente profesiones y oficios, actuar como buenos hombres de negocios y desempeñarse como íntegros funcionarios públicos).

9°) Alcanzar un autoconocimiento profundo.

10°) Erradicar los vicios.

11°) Frecuentar y perfeccionar las prácticas espirituales.

12°) Progresos importantes en el grado de madurez de la fe, de la esperanza y de la caridad.

13°) Contribuir a la realización del Plan del Gran Arquitecto.

14°) Experimentar una vida interior con sentido sobrenatural.

15°) Vivenciar el vínculo interno entre el Espíritu Divino y el espíritu humano.

16°) Recibir la iluminación.

17°) Obrar movido por la inspiración del Altísimo.

18°) Vivir con sabiduría.

19°) Buscar la verdad de manera inclaudicable.

20°) Abandonarse a la voluntad del Altísimo.

21°) Conseguir la paz interior.

22°) Obtener la regeneración y la divinización del ser (Alcanzar y conservar la santidad durante el paso por la tierra).

23°) Contribuir a la salvación del alma y eventualmente conseguirla (para la eternidad).

Todos estos cambios se suelen ir produciendo con alguna lógica pero sin un orden rígido o preestablecido. La dinámica del crecimiento personal cambia de un individuo a otro.

 

XII) COROLARIO.

La masonería simbólica tradicional ofrece un sistema iniciado que, con la decisiva participación del Altísimo, guía a sus miembros a la sabiduría, a la santidad ya una gloriosa inmortalidad.

Dicho sistema iniciático está conformado por los trabajos y el material de Primero, Segundo y Tercer Grado y complementado por el programa de desarrollo humano encriptado en los Cargos y Oficiales de las logias.

El programa formativo de la masonería simbólica está pensado para la auto-construcción de un ser humano libre, sabio y santo.

En consecuencia, deja en libertad a los Hermanos para que implementen el programa con los medios que elijan entre los que cada uno tenga a su disposición.

De lo dicho se desprende que cada masón simbólico puede optar entre una variedad de herramientas profanas y masónicas para grabar su piedra bruta, cuentos como: libros, cursos, diplomaturas, carreras universitarias, actividades laborales, deportivas, artísticas y recreativas, otras Órdenes Iniciáticas, otros Cuerpos Masónicos y/o Religiones, entre otros medios útiles para la formación personal.

Todos los instrumentos, teóricos y prácticos, que se utilizan deben servir para cumplir el programa de capacitación que nos ocupan. Es decir para atender los requerimientos de los cargos de las logias masónicas y desarrollar las capacidades necesarias para adecuarse a ellos. Todo esto apreciado con una mirada real y figurada.

La dinámica de las situaciones resultantes de todo proceso de crecimiento personal exige del masón un permanente labrado de su piedra. En esta dinámica, generadora de avances y retrocesos en nuestras dimensiones física, emocional, moral y espiritual, cobra sentido la expresión de “un eterno aprendiz”, actitud que debemos sostener durante toda nuestra existencia si verdaderamente deseamos alcanzar la sabiduría, santificarnos y obtener una gloriosa inmortalidad.